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AURELIO GONZÁLEZ*ENDÓN
€1 hombre que hace llorar
Cuasi-monólogo con el
que se demuestra que el
público es tan bueno, que
se le hace reir, llorar, pro-
testar ó aplaudir cuando sí
quiere.
Juan K. Bejarano
Copyright, h Aurelio SórctálA^enadn, 191
SOCIEDAD DE AUTORES ESPAÑ ¡
Núñez de Balboa, 12
1912
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EL HOMBRE QUE HACE LLORAR
Esta obra es propiedad de su autor, y nadie po-
drá, sin su permiso, reimprimirla ni representarla en
España ni en ios países con los cuales se hayan cele*
orado, ó se celebren en adelante, tratados internacio-
nales de propiedad literaria.
El autor se reserva el derecho de traducción.
Los comisionados y representantes de la Sociedad dt
Autores Españoles son los encargados exclusivamente
de conceder ó negar el permiso de representación y
del cobro de los derechos de propiedad.
Droits de representaron, de traduction et de repro-
duction reserves pour tous les pays, y compris la Sue-
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Queda hecho el depósito que marca la ley.
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a
CUASI MONOLOGO
CON EL QUE SE DEMUE8TBA QUE EL PÚBLICO ES TAN BUENO QUE
SE LE HACE REÍR, LLORAB, PROTESTAR Ó APLAUDIR
CUANDO SE QUIERE
ORIGINAL Y EN PROSA Y VERSO DE
AURELIO GONZALEZ-RENDON
Estrenado en el TEATRO MARTÍN de Madrid, la noche
•del 23 de Diciembre de 1911, por el notable primer actor
D. Juan Ramón Bej araño
-■*-
MADRID
R. Vblasoo, imp., Mabqués de Santa Ana, 11 dvp.
Teléfono número BB1
f ^delardo fernáníez-jffriis
Eminente literato, gran autor 7
mejor amigo y abogado mío... con
toda la gratitud V el cariño de
CJsLuielio.
CARTA ABIERTA
Juan p. 3e)arano
Sn esta.
Muy querido amigo mío y compañero: Soy el
primero en reconocer que el éxito de este monó-
logo, te pertenece por entero; sólo un artista- de
tu exquisito temperamento y de tu singular gra-
cejo es capaz de hacer con el público lo qué tú
hiciste la noche del estreno... gracias, amigo mío.
Jff¿/re/?o.
REPARTO
PERSONAJES ACTORES
EL LAGRIMAL. Juan R. Bejabano.
EL SEGUNDO APUNTE Andbés F. Anglada.
EL PUBLICO. (Que protesta antes de empezar aunque no
quiera y luego á capricho del artista, ríe, llora, aplaude y
hasta se arranca dando vivas á España.)
La acción en el teatro donde se interpreta
CUADRO... SIN MARCO
Una silla delante de un telón cualquiera, mientras más malo mejor,
así se prueba que cuando la obra es buena no se necesita luz, de-
corado, sastrería ni nada, y... al asunto, que es cobrar.
La escena estará sola hasta que el público viendo que no sale
nadie empiece á protestar y cuando las protestas se formalicen
sale por delante del telón corto EL SEGUNDO APUNTE muy
nervioso y asustado.
El 2. o APUNTE (Con un ejemplar en la mano.)
¡Respetable público! El señor, (Nombre del ar-
tista.) único intérprete de la obra anunciada
con el título de «El hombre que hace llo-
rar» ha desaparecido del teatro; sin duda ha
sentido miedo de no poder cumplir lo que
había ofrecido y por lo tanto se suspende la
representación. Tengo el sentimiento...
El LAGRIMAL (Desde un palco ó platea apoyándose con esprit en el
antepecho.) ¡Yo acompaño á usted en el senti-
miento! (ai público.) Aquí está (se. nombra.) que
cumple lo que promete, (ai segundo Apunte.)
¡Ya tú cumpliste también... te doy la abso-
luta! (El segundo Apunte, hace el gesto de resigna-
ción de los grandes hombres y mutis.) Por el pron-
to ya te he demostrado, público mío, que
eres tan inocente que has protestado sin
razón porque yo lo he querido y lo mismo
te haré reir cuando quiera y llorar cuando
me plazca y hasta gritar como me descuide.
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¡Me parece que es valentía! Pero, aquí, no
estoy bien porque los que están encima de
mí no ven y... la verdad, á mí no me gusta
que haya en el teatro quien no me pueda ver.
¡Me VOy alas butacas! (Desaparece para aparecer
rápido en el pasillo central del patio.) ¡Ea! ¡Ya está
aquí el hombre que hace llorar!... Pero, an-
tes quiero hacerte reir, porque con el públi-
co pasa lo que con los objetos dorados al
fuego que primero hay que platearlos; así,
plateando antes vuestras almas de sana ale-
gría, de risas francas, con un poquito de
sensibilidad de buena ley, derramarás lá-
grimas de oro al fuego sagrado de mi inspi-
ración... ¡Uy, qué cursi me ha salido esto!
¡Claro! Aquí no estoy bien, parece esto una
falta de respeto al público, á mi público de
mi alma y eso nunca; el sitio verdad del
artista es aquél, la escena, (corre hacia ella.)
verán ustedes ahora qué bien cumplo mi
Cometido. (Sube por la gradilla colocada al efecto,
y ya arriba suspira satisfecho.) ¡Ay, aquí SÍ que Se
habla bien! Qomo que el galápago este (por
la concha.) ayuda más que Dios... es grande.
Bueno, ahora si yo tuviera el talento de No-
velli, cogería una silla, (La coge.) me sentaría
aquí en la batería (se sienta.) y diría... ¡Seño-
ras y señores!... Voy á hacerles de 'reir un
ratito... Cosa muy fácil si pudiera hacerle
á todos los espectadores cosquillas en las
plantas de los pies. Pero, antes me van us-
tedes á permitir que les cuente un sueño
que he tenido anoche. Me vi vestido de sol-
dado de Infantería Española y puesto de
centinela en las avanzadas del Kert. Ama-
necía, veía sonreír á la aurora africana... me
acordaba de mi aldea, de mi casita blanca,
me parecía ver la parra que da sombra á su
puerta dejando escapar sus gotas de rocío
como lágrimas de brillantes... me parecía
ver á mi viejecita, á la madre de mi alma
que también en aquel momento derramaría,
pensando en mí, sus brillantísimas lágri-
mas, me parecía que me llamaba... instinti-
vamente me puse en pie para saludarla y
un riteño, un paco traidor que me acechaba,
— 11 —
¡pum!, ¡pum!... me cortó la vida en aquel su-
blime instante en que era toda para mi vie-
jecita y caí diciendo con un solo aliento en
el que iba toda mi alma. ¡Madre mía! (Tran-
sición.) ¡Vaya un sueñecito para un amigo!
Bueno, pues después vi en sueños que mis
compañeros me enterraban poniéndome por
sudario la gloriosa bandera nacional y que
poco después llegaba á las puertas del cielo.
¡Madre mía, qué disgusto! ¡El cursi de San
Pedro, le dio un empujón á mi alma que
por poco me rompe... el alma! Decía que,
como había muerto sin los auxilios de la
religión, que no llevaba los papeles en re-
gla y también me echaba en cara que al mo-
rir no me había acordado de Dios... ¿Pero,,
cómo me iba á acordar de Dios, si en aquel
instante era chico mi pensamiento para la
madre mi alma? — «¡Que no entras!» — ¡Que
sí entro!... Yo comprendí que no me conve-
nía tener una cuestión con San Pedro y tra-
té de convencerlo con estas razones. ¿Quién
mejor que el soldado español que muere en
aras de su sacrosanto deber es digno de la
Gloria, si muere cubierto de ella? ¡Escucha,
San Pedro de mi alma, esta poesía titulada
¡Patria! que dedico al pueblo, al Ejército es-
pañol:
Al soldado español son tres mujeres
las que le infunden un valor constante;
su madre, su nación, su fiel amante,
los tres más santos, más firmes quereres.
Pensando en ellas cumple sus deberes
gritando: ¡Viva España y adelante!
Es espartano, fiero y arrogante,
que muere sin pensar en los laureles.
He aquí el recuerdo que cada una deja
de las que le llevaron á la gloria,
de morir peleando contra el moro,
su novia, una oración plegaria y queja,
su madre, eterno llanto á su memoria,
su patria, ¡gratitud! con letras de oro.
— 12 —
]0h! Ejército español el más valiente
y sufrido de todos en la guerra,
que llevaste tu enseña sonriente
por todos los confines de la tierra.
Permite que recuerde tus victorias
este pobre poeta en este día,
y de otro bardo que cantó tus glorias
con su estrofa avalore su poesía.
€antó Bernardo con rumor de ola
«... desde la cumbre bravia
»que el sol indio tornasola,
>hasta el África que inmola
»sus hijos en torpe guerra,
ano hay un puñado de tierra
»sin una tumba española.»
Tu genio de conquista fué fecundo,
con ia Cruz y la espada victoriosa
recorriste los ámbitos del mundo,
para hacer á tu patria más gloriosa.
Y otra vez el poeta con ardor
cantó tu historia como nadie hará.
«... la madre mata su amor
»y cuando calmado está,
» grita al hijo que se va:
»pues que la patria lo quiere,
«lánzate al combate y ¡muere!
»¡tu madre te vengará!»
¡Y al invocar la patria con anhelo
quiere también al Rey con noble calma,
como primer soldado de este suelo
un recuerdo mandar con toda el alma.
EL MEJOR REY
SONETO
Con esa voz del pueblo que es del Cielo,
dice la madre cuando arrulla al niñoj
como excelsa expresión de su cariño
estas frases que sirven de modelo.
¡Tú vales más que un rey! y con anhelo
se lo figura envuelto en piel de armiño,
— 13 -
sus ojos cierra en amoroso guiño
é inúndase su pecho de consuelo.
¡El Monarca es feliz! Un nuevo hijo
vino á aumentar su soberana grey,
todo en la regia estancia es regocijo.
Ante ternura tal que á nadie engaña
saludamos en él al mejor rey,
gritando conmovidos: ¡Viva España!
.... Con este grito me desperté y me encon-
tré debajo de la cama tirándole bocados á
una almohada... y ya... se va cumpliendo
en parte mi programa, porque resulta (Lim-
piándose con disimulo unas lágrimas.) que hasta
yo me he conmovido. Pero, ¡oh, ironía de la
vida! pretendí hacerte reir y casi te hice
llorar, público mío... Voy á ver si en este
lado (Pasa ai otro y se sienta.) pretendiendo ha-
certe llorar te hago reir. (Pausa.) ¡No, no llo-
rar todavía, que no he dicho nada! ¡Y cui-
dado que hay cosas tristes de que hablar en
España! ¡Que arranquen lágrimas de san-
gre! Lo.de Cullera... Lo de las mil peseta»
de ciertos panaderos á ciertos tenientes de
alcalde... Lo del impuesto de Inquilinatos...
¡No, esto del Inquilinato es gracioso! El
otro día llegó á casa el recaudador y le dije:
— «Dígale usted al señor Alcalde que mire
por dónde me paso el recibo...» Bueno, el
sitio no tendré que señalárselo á ustedes...
(Como si le hablasen de la primera fila.) ¿Quér (A
todos.) Me ha dicho uno: — «¡Meló cal... culo,
amigo!...» ¡Ah, sí! ¿se ríen ustedes? Pues se
acabó, no trabajo más; está visto que el au-
tor y el actor proponen y Dios y el público,
SU dueño y SeflOl", disponen (En pie y retiran-
do la silla.) Pero voy á intentar un tour de
forcé, el don del monólogo, decirte un chis-
te que primero te haga reir, luego decir
¡aaah! ¡aaahl y hasta intentar meter los bas-
_ tones que dicen los clásicos de los estrenos.
¡Una tontería! (A uno de las butacas sin señalar
casi.) ¿Qué dice usted? ¿Que tengo la sangre
muy gorda? ¡Ay, hijo! es aire de familia; en
eso salgo á mi padre que la tiene muy gor-
da también. Y se acabó; ¿para qué más?;
yo no puedo ser el hombre del título, por-
— 14 —
que yo soy bueno, honrado y aspiro solo á
hacer reir y gozar á mi público de mi alma.
En realidad, en España no hay más que un
hombre que hace llorar... ¿Digo quién es?
Para qué, si todos lo saben, si todos le co-
nocen, si raro es el español que no dice:
¡Maldita sea su casta!..
Y aquí terminó la obrita,
perdonad sus muchas faltas.
TELÓN
Mota bene. — Los artistas, que serán casi todos los
de España, que interpreten este monólogo, pagarán
solo derechos de representación de medio acto de verso.
Obras del mismo autor
Aurelio, monólogo en tres cuadros y en prosa. (Teatro-Circo
de Cádiz.)
Vida nueva, zarzuela cómica en tres cuadros, música del
maestro Puchades. (Teatro Cervantes de Granada.)
El señorito Pepe, monólogo en prosa, inspirado en el señorito
Pepe de El puñao de rosas. (Teatro Cervantes de Sevilla.)
Rusia y Japón, extravagancia cómico-lírica en un acto, con
un prólogo y tres cuadros, en prosa, original, con música
de los maestros Caballero y Hermoso. (Teatro Cómico de
Madrid.)
¡Pobrecitas mujeres}, entremés en prosa. (Teatro-Circo de
Córdoba.)
La partía del Vivillo, capricho literario en dos cuadros, con
música del maestro Font. (Teatro Cervantes de Sevilla.)
¿Me lo cuenta V. á mí?, comedia en un acto. (Teatro Principal
de Cádiz.)
¡Ríe payaso!, zarzuela en cinco cuadros, música de Font. (Tea-
tro del Duque de Sevilla.)
Mostachones de Utrera, parodia de La virgen de Utrera, en
colaboración con Casimiro Ortas (hijo) y con música de
Guardón. (Teatro Cervantes de Granada.)
Crispín y Polichinela, diálogo en verso. (Teatro Principal de
Cádiz.)
Miurasf... primero moro, entremés en prosa. (Teatro Ma"
drilefio.)
El maestro Bicicleta, pasatiempo en cuatro cuadros, música
de Muñoz, (Teatro del Noviciado.)
¡No hay derechol, cuento picaresco en acción, con prólogo y
tres cuadros, música de Muñoz. (Teatro Madrileño.)
La niña mimada, opereta en tres actos, el segundo dividido
en dos cuadros, música de Penella. (Teatro de Price.)
(Segunda edición.) y traducida al Portugués por D. Joao
Soler, con el título de «A menina bonita*.
Los apaches, melodrama á lo grand-guignol, en cuatro cua.r
dros, con música de Padilla. (Teatro del Noviciado.)
Chumbo entre jazmines, parodia de Lirio entre espinas, música
de Ruiz de Arana. (Teatro del Noviciado.)
Los niños de Ecija, inocentada en dos cuadros, con música
de Padilla. (Teatro del Noviciado.)
El hombre que hace llorar, cuasi-monólogo en prosa y verso.
(Teatro Martín.)
s;i>«r PftEQivsA.
Los Señores de la Liga, novela picaresca, que parece historia
escandalosa.
Precio': UliGi peseta